Así a lo largo de la historia nos podemos encontrar distintas ideas que en principio parecían ridículos, pero que hicieron millonarios a sus inventores.
- Vender piedras en cajas para regalo.
- Vender pulseras de goma de 2 dólares a 30 dólares.
- Vender conciertos bien caros de un violinista que vi en la calle.
En 1975, Gary Dahl se decidió a inventar la mascota que no requería de cuidado: una piedra. Una piedra no es una mascota, pero puede ser un regalo chistoso. Gary decidió fabricar una linda caja, con un poco de paja, la piedra y un manual de instrucciones graciosas sobre “Cómo cuidar a tu mascota piedra”.
La idea tuvo tanto éxito que en 6 meses Gary había vendido millones, aunque seguramente terminaron siendo regalos más que nada para hacer una broma, la realidad es que Gary tuvo una idea completamente descabellada, pero que le dio un toque creativo al aplicarle una cuota de marketing en la caja y el manual.
PULSERAS DE GOMA DE 2 DÓLARES.
En noviembre del 2010, futbolistas, tenistas, basquetbolistas, golfistas y varios deportistas famosos más, comenzaron a utilizar una “pulsera milagrosa”. Bueno, al menos eso era lo que decía la empresa que fabricaba la pulsera de goma con un holograma.
Según los fabricantes, el holograma de la pulsera producía en el ser humano más energía, flexibilidad, resistencia y fuerza. Aunque no fue lo mismo que declararon un año más tarde cuando tuvieron que desmentir esta estafa tras comenzar a recibir demandas millonarias por “publicidad engañosa” ya que no tenían forma de comprobar certeramente los efectos que el producto decía generar.
A pesar de que esta campaña fuera un engaño, lo que quiero destacar es el poder de ventas del marketing. La idea no es utilizar esto para mentir, sino utilizarlo de una forma eficiente sin estafar a las personas.
El 12 de enero del 2007, una persona se dispuso a tocar con su violín en una estación de subte (metro) en Washington, Estados Unidos. Luego de estar una hora tocando, su recaudación ni siquiera llegaba a los $50 dólares. Lo que ninguna persona sabía, era que esa persona era Joshua Bell, considerado uno de los mejores violinistas del mundo y que su violín, era un Stradivarius del año 1713, valorado en casi $3.500.000 dólares.
Las mismas obras, el mismo violín y el mismo violinista por el que muchas personas pagaban cientos de dólares para verlo tocar, estaba recibiendo una paga penosa por su talento. Una sola persona, que había ido a un recital del violinista lo reconoció en el metro y no podía creer que estuviera tocando allí. Este experimento, estuvo realizado por el diario Washington Post.
videos de Joshua Bellhttp://youtu.be/hnOPu0_YWhw
El vendedor debe creer en la idea.
También se ve viene a la cabeza un caso de mala venta...los derechos de autor de los pilares de la tierra.
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